Anuncian Plan de Obras para la cuenca del Aconcagua
- Juntas de Aguas y Esval entregaron propuesta a Ministerio de Obras Públicas y propusieron una mesa técnica con las autoridades para avanzar en soluciones estructurales a la sequía.
- Ejes consideran garantizar consumo humano y mejorar eficiencia para la agricultura.
Las Juntas de Vigilancia de la Primera, Segunda y Tercera sección del Río Aconcagua y Esval, firmaron un inédito acuerdo de trabajo, para consensuar un plan de obras que asegure la sostenibilidad futura de la cuenca, lo que es esencial dada la sequía estructural que afecta hace más de una década a la Región de Valparaíso.
En la zona existe un déficit hídrico del 49% respecto a la oferta de la década anterior, lo que hace urgente tomar medidas. Por eso, se entregó al Ministerio de Obras Públicas un plan preliminar de obras y acciones, así como un programa de trabajo que ha sido desarrollado por los asesores de todas las secciones y Esval.
La idea, luego, es avanzar en una mesa técnica en que también participe la Dirección de Obras Hidráulicas y la Dirección General de Aguas.
El plan, se suma a acciones de corto plazo y ya en marcha, como la recarga del embalse Los Aromos, el principal embalse de la región. Sus ejes son: asegurar el abastecimiento del consumo humano; mejorar la seguridad de riego de las zonas agrícolas; elevar el estándar de medición, captación, distribución y conducción de agua superficial; potenciar la eficiencia del uso del agua a nivel intrapredial y desarrollar un manejo integrado de las aguas superficiales y subterráneas.
“Hace años estamos desarrollando un trabajo colaborativo con los regantes de todas las secciones, de hecho, somos parte activa de las tres juntas de vigilancia del río. Este histórico acuerdo busca prepararnos mejor para el mediano y largo plazo, asegurando el agua para nuestras comunidades, armonizando su uso con la agricultura y haciendo un uso más eficiente de un recurso cada vez más escaso. La gestión integrada es la única forma de avanzar hacia el futuro. Confiamos en que podremos seguir trabajando en conjunto con las autoridades en soluciones que nos permitan resguardar el recurso hídrico”, dijo el gerente general de Esval, José Luis Murillo.
El presidente de la Junta de Vigilancia de la I Sección del Aconcagua, Javier Crasemann, destacó que “este plan simboliza el esfuerzo de tantos años por avanzar en soluciones más eficientes frente a la sequía que sufrimos en toda la cuenca. Es una invitación al Estado y a todos a concretar, conjuntamente, esta oportunidad decisiva por la sostenibilidad del Río Aconcagua”.
Por su parte, Mirko Yakasovic, presidente de la II Sección del río, señaló que “se trabajó en una planificación exhaustiva y coordinada de obras y medidas que aporten al uso más eficiente del agua y al resguardo de ésta, en beneficio de las personas y diversas actividades que viven a lo largo de este río”.
En tanto, el presidente de la III Sección, Walter Riegel, manifestó que “el plan de obras busca la sustentabilidad de la cuenca, que se ha visto en riesgo por la escasez, sin embargo, con la ejecución de esta propuesta podemos revertirlo, ya que la planificación adecuada a lo largo de este extenso río, es lo que permitirá un mejor uso de la limitada agua con la que contamos”.
Sequía extrema
La Región de Valparaíso está enfrentando el año más seco del último siglo, lo que ha llevado a Esval a extremar los esfuerzos para mantener la normalidad en el servicio. Hoy, los embalses Peñuelas y Poza Azul, están secos, la acumulación de nieve es mínima y el caudal del Aconcagua está sin flujo de agua a la altura de la planta de producción de agua potable en Concón, desde octubre el año pasado, situación absolutamente inédita. Por ello, las juntas de vigilancia, la sanitaria y las autoridades, están trabajando intensamente para buscar soluciones estructurales.
Las tres secciones del río Aconcagua suman más de 67.000 hectáreas de cultivos y son un eslabón clave para la producción agrícola de la zona central del país, mientras Esval abastece de agua potable a más de un millón y medio de personas en la región.