Barreras ambientales y de seguridad desalientan a universitarios a usar bicicleta o caminar
Investigación dirigida por la Universidad de Playa Ancha con la colaboración de las universidades de Antofagasta, Tarapacá y del Biobío plantea necesidad de generar un trabajo multidimensional para incentivar un desplazamiento activo hacia los planteles educacionales.
Un estudio sobre modo de desplazamiento, actividad física e indicadores de salud en universitarios, liderado por la Universidad de Playa Ancha junto a las universidades de Antofagasta, Tarapacá y del Biobío, concluyó que la seguridad y el ambiente son las principales barreras para que los estudiantes se desplacen activamente entre sus hogares y las casas de estudios superiores.
La investigación realizada con una muestra de 787 alumnos de las instituciones participantes, la encabezó el académico de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPLA, doctor Hernaldo Carrasco, y formó parte de un proyecto asociativo del Concurso Regular de Investigación 2020 de la UPLA.
Los resultados del estudio se presentaron en seminario efectuado en la Universidad de Playa Ancha y, tras el análisis de las variables modo de desplazamiento, barreras y calidad de vida, Carrasco expresó que “en general, las cuatro universidades perciben niveles de inseguridad y el ambiente, no es el más adecuado para propiciar el uso del desplazamiento activo o de uso de bicicleta hacia las universidades y hacia sus hogares. Por lo tanto, son datos que nos muestran que hay que generar un trabajo multidimensional donde participen diferentes actores. En general, también podemos señalar que los estudiantes se desplazan más de 5 kilómetros y eso genera un desincentivo para trasladarse de manera activa. Eso conlleva, obviamente a usar el transporte público y otros sistemas de transportes que son pasivos”.
En la UPLA, la investigación realizada en las facultades de Ciencias de la Educación y de la Salud, arrojó que los estudiantes al ingresar a la universidad tienden a bajar sus niveles de práctica física-deportiva, por la carga académica. De allí que desplazarse caminando o en bicicleta ayudaría a alcanzar las recomendaciones mínimas de la Organización Mundial de la Salud.
EN EL NORTE
Los coinvestigadores de la Universidad de Antofagasta, Morín Lang y Leandro LLancaleo, concluyeron que las mujeres se desplazan mucho menos activamente que los hombres, por temas de medioambiente y seguridad.
Así lo manifestó la doctora en Actividad Física y Salud, Morín Lang Tapia. “Antofagasta es una ciudad muy larga, que tiene ciclovías, pero que no tienen llegada a una ciclovía principal. Es decir, poder llegar a la Universidad por esta infraestructura es bastante difícil y, la situación ambiental, se refiere a que hay muchas inclinaciones y también que la radiación ultravioleta en la ciudad es muy fuerte. Nosotros tenemos el índice de UV más alto de Chile, cerca de 16 puntos superando los 12 puntos que es lo máximo. Por lo tanto, se ha visto que las mujeres tienen mayor miedo a esa radiación y también a la seguridad, por la convivencia vial con los vehículos motorizados”.
La investigación en la institución nortina determinó también que existen diferencias en la calidad de vida, sobre todo en aquellos estudiantes que viven a más de 10 kilómetros de la universidad. Y, en ese caso, las mujeres perciben que es más inseguro, por la delincuencia, llegar al plantel educacional por un medio de transporte activo.
EN EL SUR
En tanto, el estudio dirigido en el sur del país por la investigadora de la Universidad del Biobío, doctora Ximena Díaz, analizó a estudiantes de las universidades Austral de Chile y San Sebastián en Valdivia, identificando tres tipos de perfiles en el alumnado relacionado con las barreras que encuentra a la hora de movilizarse.
Al respecto, el doctor en Ciencias Biomédicas Ismael Morales explicó que distinguieron un primer grupo muy poco motivado con el ejercicio y con el desplazamiento, que siempre se moverá en vehículos motorizados.“Un segundo grupo, el de los indecisos, no sabe si hacer deporte algunas veces, como que siente la necesidad de hacerlo, y ve que otras personas lo hacen, pero no tienen las herramientas ni los conocimientos, ni las intenciones de poder hacerlo. Y también tenemos el grupo de las personas motivadas, que son más escasas, prácticamente el 25% de la población, pero que han logrado integrar este desplazamiento dentro de sus actividades y rutinas de la vida diaria, y los aprovechan también para mantenerse saludables, y tienen una actitud positiva frente al deporte”.