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[Columna de Opinión]: Geointeligencia: Fundamental en la toma de decisiones para nuevas localizaciones de puntos de ventas

La incorporación de la variable territorial es clave en la toma de decisiones comerciales. Asimismo, es muy importante entender la diferencia entre georeferenciación, geomarketing y geointeligencia. En palabras simples, georeferenciación es poder ver un punto en mapa. Geomarketing es poder ver cruces y visualizaciones de información. El valor de ambos puede ser suficiente, a veces acotado, pero ciertamente carece de exactitud. El geomarketing sí puede dar ciertos indicios y llegar a suponer ciertas conductas, pero  cuando a estos dos elementos les aplicamos algoritmos matemáticos sofisticados, es cuando pasa a ser geointeligencia.

¿Por qué? Porque transformamos todo este tipo de variables en un elemento cuantitativo que puede llegar a facilitar de manera importante la toma de decisiones. En síntesis, geointeligencia es la información demográfica, socioeconómica, comercial, de flujos -entre otras- integrada con cartografías digitales, junto con la aplicación de algoritmos geoestadísticos. Este tercer paso es la diferencia fundamental y que permite llegar a lo que se busca en terminología de geointeligencia, que es la precisión.

Los distintos enfoques en que se puede tratar la geointeligencia tienen dos componentes claves, uno es el enfoque estático o también conocido como endógeno; y el otro, es el componente dinámico, también conocido como exógeno. Tenemos un mercado endógeno y un mercado exógeno; los dos intervienen de manera muy importante a la hora de hacer una estimación de cuál sería la venta esperada de una nueva localización.

Por otro lado, cuando vamos entendiendo fenómenos de comportamientos nos vamos a encontrar con distintos tipos de localizaciones. Por ejemplo, localizaciones asociadas a destinos, un supermercado en una zona residencial o, por otro lado, localizaciones de paso o flujo, como una tienda de conveniencia en el centro de Santiago. Todo este tipo de fenómenos van a entregar elementos para la modelación y, por supuesto, aportar en identificar el resultado esperado en términos de precisión. Esta se puede ejemplificar en distintos elementos, pero el principal es la estimación de ventas.

A través de los indicadores de comportamiento y de flujos de la geolocalización, podemos interpretar cómo se mueven los clientes, hacia dónde están creciendo las ciudades, cuántas serán las ganancias en una ubicación exacta y, lo más importante, dónde está la competencia y qué acciones está llevando a cabo. En base a todas estas variables, podemos estimar el impacto de un proyecto inmobiliario, de retail u otros ámbitos como desarrollo inmobiliario. Todo este tipo de factores van a entregar el abanico de decisiones, de elementos y, sobre todas las cosas, de definición de objetivos que la geointeligencia va a ser capaz de resolver de manera óptima en base a precisión.

Autor: Daniel Encina,
Socio Fundador de Georesearch

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