[Columna: Otra Pista para Ustedes] Hoy: Discos que gatillan recuerdos
Por «Revo» Marcelo Baeza.
Mi tía recordó una anécdota de su fallecido padre: “me llamó la vecina para decirme que el abuelo estaba botando discos y libros, por más que me apure en salir del trabajo cuando llegué a casa ya había pasado el camión de la basura, lo que más lamento era ese disco de tangos japoneses”. Mi tía se refería a un vinilo de los años 50 en donde una orquesta japonesa grabó una serie de tangos instrumentales bajo su particular acervo musical. Una obra impresionante a decir verdad.
Al notar su nostalgia considere que era el momento de una confesión “Tía, ese disco lo tengo yo, mi Papá se le pidió al abuelo hace años atrás y me lo paso para que se lo pasara a CD y bueno me quede con el vinilo”. Hecha la confesión, fui por la evidencia y puse el disco en mi tornamesa. Mi tía respiro aliviada “qué bueno que Ud. se quedó con el disco mijito”.
Entendí que el valor del disco iba mucho más allá del vinilo como pieza de colección, sino en las añoranzas y recuerdos de todas esas tardes en las que el abuelo ya jubilado escuchaba sus discos caminando de un lado para otro dentro de living de su casa, a veces se detenía para mirar los barcos en la bahía, después seguía caminando, fue marino mercante, echaba de menos el bamboleo del mar.
La música tiene esa cosa mágica de gatillar recuerdos que nos ayudan a completar fisuras del pasado.