[Columna: Otra Pista para Ustedes] Hoy: Mitología Rockera Chilensis
Por «Revo» Marcelo Baeza.
En los oscuros 80’s, cuando los artistas internacionales no querían venir a tocar a un país en dictadura, la fauna rockera nacional se conformaba con sus mitos favoritos: de que Pink Floyd vendría a tocar al Valle de la Luna, de que Jimi Hendrix haciendo el servicio militar gringo estuvo en Arica y de ahí la inspiración para su canción “Highway Chile”, de que Bill Haley tocó en la Plaza Victoria, etc. etc.
Pero mi época para efectos de la mitología local son los 90’s, con Faith No More en el Festival de Viña borrando de un palmazo en el trasero (de Vodanovic) el límite entre la realidad y la fantasía groupie, la misma que tenía entre sus tres mitos predilectos a la supuesta chilenidad de Tom Araya, líder de Slayer, al chilenito que le enseño a tocar el bajo a Flea de los Red Hot Chili Peppers y al otro chilenito que reusó se parte de The Clash (aunque la semana pasada un flaco me dijo “siiii el loco que era sonidista de The Clash!”).
La internet, la globalización y la avalancha de artistas internacionales de la última década nos quitó los mitos y nos trajo la realidad: Tom Araya recibiendo una distinción de manos de la Alcaldesa de Viña del Mar, su ciudad natal, después de girar por Europa luciendo la camiseta del Everton; el chilenito que le enseño a Flea no era un chorizo del puerto sino un tremendo músico (a mi parecer mejor que Flea), sobrino de Peter Rock, llamado Alain Johannes; y Joe Strummer en persona y en Chile, un par de años antes de morir, recomendando a la prensa nacional prestarle más atención a su amigo Alvaro… Alvaro Peña, que no quiso irse con The Clash cuando Strummer se lo pidió tras desarmar la banda en la que tocaban juntos, porque Alvaro quería forjar su propio camino musical y no ser empleado tiempo completo de una multinacional, bajo la manipulación constante de un manager.
Strummer subió a los olimpos musicales con tan solo 50 años, tal vez por mucho trabajar, mientras que Alvaro tiene al día de hoy 71 años y sigue grabando, proponiendo y editando por su cuenta sus obras, aunque ahora Hueso Records ha lanzado en vinilo un disco perdido grabado a inicios de los ’80 y espera reeditar la opera prima de Peña, el (aún) polémico Drinking My Own Sperm (1977).
Si quiere saber por Ud. mismo cual es el camino que prefirió el Sr. Peña no tiene más que asomarse este viernes 30 de enero al Patio Volantín a las 20 hrs, previo pago de tan solo $2.000.