Hospital Carlos Van Buren realiza primer implante coclear financiado por Ley Ricarte Soto
Paciente adulta de La Calera, afectada con hipoacusia sensorioneural bilateral severa o profunda postlocutiva, fue la primera persona de la región en recibir el beneficio gracias a la nueva normativa.
El Hospital Carlos Van Buren sumó un nuevo hito a su historia con la realización del primer implante coclear financiado a través de la Ley Ricarte Soto. La paciente beneficiada con la normativa es Leila Astudillo de 52 años, proveniente de la comuna de La Calera, quien puedo ser intervenida con la instalación de un dispositivo para superar sus problemas de audición.
El director del Hospital Carlos Van Buren, doctor Mauricio Cancino, comunicó con entusiasmo la noticia y señaló que “como Hospital Carlos Van Buren estamos muy orgullosos y felices de que nuestro equipo médico de otorrinolaringólogos haya podido realizar el primer implante coclear por la Ley Ricarte Soto, a la paciente Leila Astudilllo, ella viene de La Calera, por lo tanto, demuestra que nosotros, como hospital, somos centro de referencia de esta ley y de distintas patologías para el resto de la región”.
El jefe (s) del servicio Otorrinolaringología, Rodrigo Céspedes, entregó los detalles del proceso que permitió que la paciente fuera una candidata autorizada para recibir el implante por Ley Ricarte Soto.
En ese sentido, el médico aclaró que la ley beneficia a pacientes post locutivos, mayores de cuatro años y dijo que “cuando tienes la indicación quirúrgica de estos pacientes, que es una hipoacusia neurosensorial severa profunda bilateral, y ha estado usando audífonos al menos por ocho años, nosotros indicamos la colocación de este implante coclear. Una vez que se indica, la ley nos dice que, primero, tiene que haber una formulación de acuerdo a una sospecha de la hipoacusia, esto se envía a un Comité de Expertos y ellos deciden si la sospecha es fundada o no y la deriva nuevamente a un centro que va a estar a cargo del implante coclear, una vez que llega esa información, en nuestro caso el Van Buren, nosotros tomamos todos los exámenes pertinentes como audiometrías, potenciales evocados, resonancias radiomagnéticas, escáner y una evaluación por un equipo multidisciplinario, conformado por tecnólogos médicos, asistente social, psicopedagogo, psicólogo, fonoaudiólogo, psiquiatra infantil, aparte del otorrino, eso es muy importante y es una ventaja que tenemos en el Van Buren”.
Una vez que el Comité de Experto autoriza la operación, “nosotros tenemos un plazo máximo de 90 días para implantar y 15 días en el caso de meningitis o hipoacusia severa súbita autoinmune. La cirugía misma consiste en colocar un electrodo al interior de la cóclea que permite al paciente escuchar señales eléctricas, no es como la audición nuestra (…) sin embargo, con eso el paciente que no escuchaba, logra incluso hacer discriminación de voces o lenguajes, logra conversar”, explicó el otorrinolaringólogo.
El dispositivo, una vez realizada la cirugía, se enciende alrededor de un mes posterior a la intervención, momento en que comienza un proceso de rehabilitación que, de acuerdo a la fonoaudióloga, Lorena Cabezas, “para que logren volver a entender lo que están escuchando con el implante, se tiene que hacer un proceso de rehabilitación que es bastante importante y dura, más o menos, entre uno o dos años, suena muy diferente pero el cerebro finalmente hace la “magia” de procesar la información y convertirla en algo muy similar a lo que escuchaba antes”.
La normativa descarta a pacientes que no hayan pasado el proceso psicológico o que tengan una sordera de más de ocho años sin implementación auditiva o que anatómicamente no sea posible colocar el electrodo.
Ley Ricarte Soto
La coordinadora de la Ley Ricarte Soto del Hospital Carlos Van Buren, Daniela Rivas, detalló que “la ley lo que cubre es el implante coclear que cuesta entre 14 y 15 millones de pesos, no cubre ni la cirugía ni rehabilitación, eso está cubierto por la previsión del paciente. La normativa maneja diagnósticos y patologías que tiene tratamientos que son muy costosos, entre $400, $300 mil, hasta $21 millones, en el caso de la señora Leila, es entre $14 y $15 millones, que es el valor del dispositivo”.
Además, la funcionaria explicó que “nosotros, como Hospital, tenemos 15 de las 18 patologías que ya están en los tres decretos que se han formulado, ahora, para este año, estamos esperando el cuarto decreto, que ya salió que son nueve patologías que viene y también nos estamos preparando para eso”.