Salud

Incontinencia Urinaria Femenina: El incómodo secreto que se sufre en silencio

Dr. Felipe Beasain (CCdM)La incontinencia urinaria es un trastorno frecuente que se presenta con mayor intensidad con el paso de los años, afectando a hombres y mujeres, sobre todo a ésta últimas. En nuestro país, se estima que cerca el 25% de las chilenas mayores de 40 años sufren de esta enfermedad, quienes por vergüenza o por miedo al ridículo no se atreven a reconocerlo ni a pedir ayuda a tiempo. En este sentido, el Dr. Felipe Beasain, urólogo de Clínica Ciudad del Mar, sostiene que hay que generar conciencia sobre este problema, de modo que se pueda ayudar a las personas cuando aún se está a tiempo.

 

Por Francisca Barrera T.

 

          La pérdida involuntaria de orina es un trastorno que altera la calidad de vida de quienes la padecen, así como también la convivencia con los otros, ya sea a la hora de reír, toser o estornudar, por lo que puede provocar estrés, ansiedad e incluso depresión en los pacientes.

Este padecimiento está relacionado con el sobrepeso, la hipertensión arterial, el inicio de la menopausia, males hepáticos o, en el caso de las mujeres específicamente, por ser madre de varios hijos. “La incontinencia urinaria responde a una serie de factores que en la mayoría de los casos desencadenan una disfunción en el piso pelviano femenino, distensión de los músculos que sostienen la uretra, vejiga, útero y recto”, explica el Dr. Felipe Beasain, urólogo de Clínica Ciudad del Mar.

Existen dos tipos de incontinencia urinaria: la incontinencia por esfuerzo y por urgencia. La primera se produce por problemas de laxitud en los tejidos que sostienen la vejiga, es decir, que en momento de hacer un esfuerzo físico hay un aumento de la presión abdominal, lo que provoca la caída de orina de forma involuntaria. Esta situación se manifiesta, por lo general, en mujeres entre los 40 y 64 años o en quienes sufren de atrofia uretral y vaginal.

La incontinencia por urgencia, en cambio, se refiere al intenso deseo de orinar y que es imposible de retener. Esta hiperactividad de la vejiga, producto del mal cierre del esfínter uretral, se presenta en mujeres que han pasado la barrera de los 65 años. Además, se debe, en la mayoría de los casos, a problemas en el sistema nervioso central y obstrucción urinaria.

En esta misma línea, es importante señalar que existen la incontinencia por rebosamiento, trastorno que impide que la vejiga se desocupe completamente, provocando la presión del abdomen y dejando salir pequeñas gotas de orina. Es muy probable que aparezca en quienes sufren de diabetes o lesión en la médula espinal.

Hay otras variantes de esta patología, pero las mencionadas son las más comunes. La manera de reconocerlas es de acuerdo a ciertos síntomas, que pueden darse con mayor o menor intensidad, dependiendo de cada persona.

 

Síntomas y tratamiento

A la hora de dar un diagnóstico, es importante que el médico tratante tenga un panorama completo del historial clínico del paciente. En este sentido, se tienen que realizar una serie de exámenes urológicos y/o ginecológicos, además de una prueba de orina. También se aconseja una ecografía para obtener información del estado de la vía urinaria y las posibles malformaciones de la misma.

La cantidad de exámenes dependerá siempre de cada paciente y las manifestaciones que vaya presentando. “Lo importante es realizar las pruebas necesarias para determinar la causa exacta de la incontinencia que presenta el paciente para poder ayudarlos de manera efectiva”, sostiene el urólogo de Clínica Ciudad del Mar.

 

Hay que perder la vergüenza

La incontinencia urinaria no es una enfermedad en sí misma, sin embargo las molestias que provoca hacen pensar lo contrario. En la actualidad existen distintos tratamientos y recomendaciones para este trastorno vesical (que no requieren cirugía), como es el caso de técnicas para el fortalecimiento de los músculos del piso pélvico, conocido como ejercicios de Kegel, que mejoran la función del esfínter uretral o rectal, incrementando su fuerza y resistencia para así corregir esta disfunción.

Algunos de los síntomas para detectar este problema, que también afecta a niños y hombres aunque en menor medida, pueden ser el aumento en la frecuencia de orinar; el derrame de orina sin alcanzar el baño a tiempo o la incapacidad de poder orinar.

En la mayoría de las veces, las personas sienten vergüenza de admitir esta condición, pues representa un problema en su vida social y personal, y por lo mismo no piden ayuda médica sino hasta que la incontinencia está en etapas avanzadas. “Es esencial recalcar la importancia de que las personas acudan a un especialista ante cualquier síntoma anómalo, de modo que se pueda tratar este problema de acuerdo a las características de cada paciente lo antes posible”, puntualiza el Dr. Felipe Beasain.

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