[Opinión] Vicente Huidobro: El viaje en el paracaídas de la burocracia
Franco Muzzio, Encargado Extensión Cultural UCEN
A 130 años del natalicio del autor de ‘Altazor’ y padre del creacionismo, el lugar en donde se difunden sus más diversas dimensiones creativas e intelectuales, pasa por un devenir complejo.
El Museo Vicente Huidobro no logró la renovación del fondo estatal que forma parte de su presupuesto, esto genera una grieta en su mantención y el riesgo de un cierre que complica el cotidiano de la institución.
Un lugar en donde habita el legado de uno de los cuatro grandes de la poesía chilena no puede cerrar, ni siquiera transitar por la sola idea. El Museo forma parte del imaginario de quienes conocen la zona como ‘El Litoral de los Poetas’, en donde el turismo literario-patrimonial se pasea por las geografías ‘nerudianas’, ‘parrianas’ y ‘huidobrianas’ que habitan en Isla Negra, Las Cruces y Cartagena, respectivamente.
Si bien el recinto cuenta con un apoyo estatal desde su inicio, no deja de ser pintoresco que deba someterse al rigor del formulario, prendiendo una velita para que la postulación pase de curso y no lleve ripios que la objeten. Parafraseando a Huidobro, “El objetivo, cuando no da vida, mata”, sería una cercana forma para expresar que en estos casos el objetivo de los fondos no logra comprender la naturaleza de quienes los requieren.
Un recinto cultural de tamaño valor no puede estar sujeto a sustentos anuales y concursables, urge contar con un financiamiento permanente que entregue sosiego a la gestión que requiere una institución como ésta. El Museo Vicente Huidobro no es un mausoleo, es un espacio de divulgación en donde la obra del poeta debe seguir “El viaje en paracaídas” que le ha caracterizado desde su nacimiento.
Sin duda que esta situación no sería un imprevisto que el poeta podría amar, pero es el estado de las cosas, una situación que muestra de cuerpo entero la fragilidad de la cultura en nuestro país, un contexto que grafica cómo el quehacer cultural sobrevive más de momentos que de certezas.
Con esto Huidobro moriría dos veces, y la segunda sería de la manera más vergonzosa. Y para ir terminando, tomo parte de un verso del poeta: Que el verso (en este caso) sea como una llave que abra las mil puertas de la burocracia.