¿Qué pasa en el cerebro de un hincha argentino cuando ve jugar a su selección en el Mundial de Rusia 2018?
Lucas Márquez, alumno de la Escuela de Psicología de UST Viña del Mar, participó como voluntario en una experiencia que midió su actividad cerebral mientras jugaban Argentina y Croacia.
La selección argentina no ha cumplido con las expectativas en el Campeonato Mundial de Rusia 2018. El desempeño de los pupilos de Jorge Sampaoli ha dejado tanto que desear que resulta tentador saber qué pasa por la cabeza de los hinchas argentinos cuando ven jugar a su equipo. Eso fue lo que quiso develar la Escuela de Psicología de UST Viña del Mar midiendo la actividad cerebral de un estudiante trasandino mientras presenciaba por televisión el partido contra Croacia.
Lucas Márquez, alumno de segundo año de Psicología, aceptó el desafío de utilizar un electroencefalograma portátil para medir en tiempo real su actividad cerebral. Y los resultados demostraron cómo el fútbol puede provocar que una persona pase de la alegría a la frustración en un par de segundos. “La verdad es que miré muy poco el computador, estaba más pendiente de la tele. Llegué nervioso porque necesitábamos esos puntos, pero aparte de eso, nada más.”, cuenta el estudiante.
Alfredo Sherrington, el académico que encabezó esta experiencia, explica que “una de las gracias del equipo que utilizamos es que muestra los niveles de atención, pero también aspectos emocionales, entonces uno podía ver cómo eso cambiaba rápidamente a medida que se desarrollaba el partido. Eso pasa en muchos deportes, pero especialmente en el fútbol, donde pasas de un estado emocional a otro en un par de segundos, ya sea cuando hay un gol, cuando se desperdicia una oportunidad, etcétera. Ahí ves claramente cómo aumenta la ansiedad, la frustración, la alegría. El fútbol es emoción, finalmente”.
El alumno señala que sí notaba ese vaivén de emociones: “sí, me daba cuenta. Cuando el partido va tranquilo me pongo ansioso, como pidiéndoles a los jugadores que lleguen al arco rival pronto. Cuando nos atacan a nosotros, más todavía, me pongo a gritar, aunque acá traté de mantener un poco la cordura porque me pongo muy loco cuando veo fútbol, pero estando en la universidad eso no corresponde, no podía decir garabatos. Eso me hizo poner más nervioso porque cuando grito me saco la euforia que tengo adentro”.
Sherrington comenta algunos de los resultados que entregó la medición de la actividad cerebral del joven argentino. “Cuando vio a su selección cantando el himno nacional, la valía subió hacia niveles positivos. Cuando le preguntamos sobre el equipo, quedó claro que a Messi lo valoraba mucho, pero al resto del equipo no tanto. Y en una ocasión de gol que perdió Argentina, la emoción se disparó y la frustración llegó a sus niveles máximos y se mantuvo por varios minutos”, dice.
Lucas concuerda con los índices entregados por el electroencefalograma, manifestando que “de Sampaoli no me gusta cómo armó el equipo, no estoy de acuerdo cómo dirige, pero le tengo fe al equipo en sí. Cuando los veo cantar el himno me genera mucha emoción, creo que también por el hecho de no estar en mi país. Y de Messi puedo decir que es una persona humilde, que sabiendo que es un gran jugador no lo anda exponiendo, simplemente juega”.