Para un verano seguro: Alitas vs chalecos salvavidas… ¿Cuál es la mejor opción?
En febrero toca el recambio de veraneantes y con ellos llegan más niños a las costas listos para disfrutar de las playas y piscinas. No obstante, las precauciones son las mismas y no podemos olvidar que muchos aún no son expertos en el agua, por lo cual es esencial que se tomen las medidas de prevención pertinentes. Así lo explica la Dra. Ana María Bravo, Médico Jefe de la Central de Operaciones de Help, quien además indica cuál es el mejor elemento de seguridad en las actividades acuáticas.
Antes de empacar para unas vacaciones llenas de sol, playa y piscina, siempre hay que tener en consideración el mejor método para mantener la flotación de un niño o adulto en el agua y así evitar accidentes como la asfixia por inmersión. Entonces, ¿cuál es más efectivo, el chaleco salvavidas o los flotadores de plástico (alitas)?
Mientras un niño se baña, es fundamental el uso de un chaleco salvavidas que sea adecuado para su peso y tamaño. En este sentido, muchos piensan que las alitas y/o flotadores bastan para dar protección, sin darse cuenta de que no sirven, pues no tienen la capacidad de levantar la cabeza del menor en caso de que se hunda.
De acuerdo a la Médico Jefe de la Central de Operaciones de Help, Dra. Ana María Bravo, “los flotadores de brazos (manguitas o alitas), balsas y aros plásticos, entre otros, no están diseñados para proteger al bañista. Producen falsa sensación de seguridad, pues pueden pincharse o salirse y dejar al niño sin ningún elemento de seguridad. Además, impiden la movilidad del niño en el agua”, enfatiza.
Así, si bien las denominadas “alitas” o flotadores inflables son los más comunes, los especialistas recomiendan reemplazarlos por chalecos salvavidas, ya que con el movimiento pueden salirse, además de pincharse más rápidamente. “Basta con que las alitas les queden un poco grandes al niño para que se le salgan rápidamente, poniendo en riesgo su vida”, asegura la profesional de Help.
De esta manera, es necesario recordar que los chalecos salvavidas son sólo un complemento para el cuidado de los niños, ya que cuando están en el agua deben estar en permanente compañía y vigilancia de un adulto, pues “la mayoría de los accidentes ocurren de manera rápida y silenciosa, cuando se descuida a los menores un par de segundos”, recalcó la Dra. Bravo.
Consejos para disfrutar del agua
Para disfrutar de manera responsable de este verano, la especialista enumera una serie de recomendaciones que pueden ser útiles para todos:
- Siempre vigile a los niños mientras estén en el agua, ya que ningún método reemplazará el cuidado de un adulto responsable.
- Es importante fijarse en que el chaleco salvavidas sea de la talla y peso del menor. “Que no quede ni suelte ni apretado, tiene que ser a medida”.
- Esperar dos horas después de haber comido antes de meterse al agua.
- Evitar bañarse de noche, ya que ―en caso de emergencia― es más difícil ver a la víctima.
- Elegir lugares de paseo que sean seguros y vigilados por salvavidas o socorristas.
- Respetar el significado de las banderas en las playas. “Si se indica que un lugar no es apto para el baño, jamás ingresar ahí, menos cuando se está con menores. No exponga a sus hijos innecesariamente”, enfatiza la Dra. Bravo.
- En el caso de los niños, preferir los chalecos salvavidas y no “alitas” como medida de seguridad, pues éstos últimos son juguetes que generan una falsa sensación de seguridad.
- Evitar zambullirse desde gran altura, para prevenir traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares e incluso la muerte.
- En caso de querer tirarse “piqueros”, comprobar que la profundidad del sitio es la adecuada.
- Salir del agua cuando se sienta cansado o con frío.
Asimismo, la Dra. Bravo agrega que los niños, adolescentes y adultos deben usar chaleco salvavidas si están en un bote, balsa, nadando en el mar, ríos o lagos y sobre todo si están fuera del área hasta donde llega la vigilancia de los socorristas. Además, los menores de 5 años deben usarlo si están cerca o en la orilla de la playa o en un muelle, siendo esto recomendable para niños de 12 años o menos. Sin embargo, no hay que olvidar que este implemento no sustituye la vigilancia de un adulto.